11 abril, 2006

el mito de lilith

Ayer publicaban en el periodico (Manuel Vicent) que la palabra Dios procede fonéticamente de un vocablo sumerio que identificaba el miedo instintivo. El miedo que tienen los niños del coco. Me encantaría enlazar esto con el mito de Lilith, la eva dioscura. Me he encontrado esto en la web de la manticora:

Lilith : La Luna negra

Lilith aparece como un demonio femenino en la mitología sumeria y algunos creen que ella es la Reina de Sheba y la mujer que llevó el bebé al Rey Salomón.

Según consta en la literatura hebrea, Lilith fue la primera esposa de Adán. Estaba hecha con arcilla, igual que él. Era hermosa y libre. Hasta el punto de que se quejó de tener que yacer con Adán siempre debajo: "Fuimos creados iguales, y debemos hacerlo en posiciones iguales". Cansada de que Dios no atendiera sus reivindicaciones, se fue del Paraíso. Entonces Adán recibió una nueva compañera, Eva, creada a partir de una de sus costillas, y por lo tanto sumisa.
A partir de esta narración, a Lilith se le ha considerado la reina de los súcubos (demonios femeninos), por alinearse en el bando enemigo de Dios al marcharse del Paraíso. Y de ahí se ha pasado a suponerla una perversa ninfómana, que seduce a los hombres con maestría para estrangularlos después.
Esa condición diabólica de Lilith le ha llevado a ser también la Reina de los Vampiros. No sólo mantiene relaciones sexuales con hombres a los que después asesina, sino que también se alimenta de su sangre. Es en esa encarnación donde Lilith se asimila a diferentes divinidades y monstruos femeninos presentes en la mitología clásica: Lamia, Empusa y las lamias, hijas de Hécate, diosa de la brujería; las harpías y las estriges, también macabras visitantes nocturnas; las harpías, ayudantes de las erinias o furias; las moiras o parcas, las grayas y las gorgonas, siniestras ancianas habitantes de los infiernos. En todas estas figuras se repiten las alusiones a muerte de hombres y niños.
Otras referencias mitológicas afines a Lilith se pueden encontrar en la Brunilda de los Nibelungos, o en la diablesa babilonia Lilu. La misma Reina de Saba de Salomón es un trasunto de Lilith. Etimológicamente viene del hebreo layil, (noche), y aparece representada como un demonio nocturno peludo o como una mujer de cabellos muy largos.
En la Biblia aparece una fugaz alusión a Lilith. En Isaías 34,14 se explica con todo detalle cómo Dios con su espada mata a todos los habitantes de Edom, lugar poblado por enemigos acérrimos de los judíos, y que allí quedan como dueños y señores los animales. Buitres, serpientes... y Lilith. "También allí Lilith descansará y hallará para sí lugar de reposo". Lilith ha sido traducido por lechuza o ardilla, evitando toda referencia a la figura precedente de Eva. En nota al pie se hace constar: "Los hebreos creyeron que significaba un ser diabólico, en forma femenina, noctívago, espantajo de la fantasía popular".
Las variaciones del mito llevan a Lilith a convertirse en seductora de los propios hijos de Adán y Eva (abordando a Caín con palabras de consuelo y reposo tras la muerte de Abel), o a asimilarla con la propia serpiente del Paraíso (como en los frescos de Miguel Ángel de la Capilla Sixtina). Un relato de Primo Levi nos recuerda que Lilith es la amante del mismo Dios creador, y que vive en el Mar Rojo comandando una corte de demonios. Y otra tradición afirma que Samael, luego Satán, el ángel caído, se convierte en pareja de Lilith, e incluso que juntos seducen a Eva para que engendre a Caín.

Lilit

De Wikipedia, la enciclopedia libre

Lilit es una figura legendaria de la mitología (o del folclore) judeocristiano: la primera esposa de Adán, anterior a Eva, y como un demonio que raptaba a los niños en sus cunas por la noche, madre de los súcubos. Se la representa con el aspecto de mujer muy hermosa, con el pelo largo y rizado, generalmente pelirroja, y a veces alada. Podría ser una interpretación metafórica sobre la existencia del primer grupo de nuevos humanos Homo sapiens sapiens, que la leyenda nombra como Adán y Eva, pero que en realidad era un colectivo. Lilit sería un demonio nocturno mesopotámico con tendencia a asesinar niños. Se considera que existe una conexión entre Lilit e Inanna, la diosa sumeria de la guerra y el placer sexual. También podría estar relacionada con el mito griego de Lamia, una reina libia que mantuvo relaciones con Zeus; después de que Zeus la abandonara, Hera robó sus hijos, por lo que ella se vengó robando los hijos de otras mujeres.

Tabla de contenidos

Lilit en la mitología mesopotámica

Su nombre original en acadio es Lilitu, que proviene de la palabra lil, que significa ‘viento’, ‘aire’ o ‘espíritu’. En la mitología acadia pertenece a la misma clase de demonios que Lilu, Ardat Lili e Idlu Lili. Su traducción al hebreo como ????? posiblemente dio origen a una confusión de términos, pues ??? en hebreo significa ‘noche’ en vez de ‘aire’. Sólo se han encontrado breves referencias de ella en el libro de Isaías y en la tradición talmúdica, son las que han llegado hasta nuestros tiempos.

Lilit en la mitología hebrea

Lilit en la Biblia

La única mención expresa en el Antiguo Testamento de dicha criatura aparece en Isaías 34:14: ????? ???? ??????? ????? ??????? ???? ????? ?????? ????? ????? ?? ????? Que es traducida en la versión de la Biblia de Jerusalén como: «Los gatos salvajes se juntarán con hienas y un sátiro llamará al otro; también allí reposará Lilit y en él encontrará descanso». Compárese con otras traducciones, como la de de Nácar-Colunga, donde Lilit (?????) se traduce por Lamia: «Y las bestias monteses se encontrarán con los gatos cervales, y el peludo gritará a su compañero: la lamia también tendrá allí asiento, y hallará para sí reposo». Otras versiones, en fin, traducen el término como ‘criatura nocturna’ o ‘lechuza’.

La leyenda de Lilit

El origen de la leyenda hebrea de Lilit como primera mujer de Adán proviene de una interpretación de Génesis 1, 27. Antes de explicar que el Dios Yahvé dio a Adán una esposa llamada Eva a partir de su costilla, el texto dice: «Creó, pues, Dios al hombre a su imagen; a imagen de Dios lo Creó; hombre y mujer los creó». Si bien esto puede ser debido a que el Génesis explica dos veces la creación del hombre (la segunda en Génesis 2:4-25). En cualquier caso, la presencia de Lilit en la mitología hebrea se demuestra por la tradición judía de poner un amuleto alrededor del cuello de los niños recién nacidos, con el nombre de tres ángeles que los protegen de las lilim, hijas mitológicas de Lilit y Adán y súcubos asesinos de niños. Según el Génesis 1, 26-28, Dios creó al hombre y a la mujer a su propia imagen el sexto día, dándoles el dominio del mundo. Pero el Génesis Rabba, midrás sobre el libro del Génesis, recopilado en el siglo V en Palestina (según la edición crítica de J. Theodor y H. Albeck), señala que Eva no existía todavía. Entonces el Dios Yahvéh había dispuesto que Adán diese nombre a todas las bestias, aves y otros seres vivientes. Cuando desfilaron ante él en parejas, macho y hembra, Adán —que ya era un hombre de veinte años— sintió celos de su amor, y aunque copuló con cada hembra por turnos, no encontró satisfacción en el acto. Por ello exclamó: «¡Todas las criaturas tienen la pareja apropiada, menos yo!», y rogó al Dios que remediara esa injusticia. Según el Yalqut Reubeni (colección de comentarios cabalísticos acerca del Pentateuco, recopilada por R. Reuben ben Hoshke Cohen (muerto en 1673) en Praga:
Yahvéh formó entonces a Lilit, la primera mujer, del mismo modo que había formado a Adán, aunque en lugar de polvo puro utilizó excremento y sedimentos. De la unión de Adán con este demonio-hembra, y con otra parecida llamado Naamá, hermana de Túbal Caín, nacieron Asmodeo e innumerables demonios que todavía atormentan a la humanidad. Muchas generaciones después, Lilit y Naamá se presentaron ante el tribunal de Salomón disfrazadas como rameras de Jerusalén. Adán y Lilit nunca hallaron armonía juntos, pues cuando él deseaba tener relaciones sexuales con ella, Lilit se sentía ofendida por la postura acostada que él le exigía. «¿Por qué he de acostarme debajo de ti? —preguntaba—: yo también fui hecha con polvo, y por lo tanto soy tu igual»- Como Adán trató de obligarla a obedecer, Lilit, encolerizada, pronunció el nombre mágico de Dios, se elevó por los aires y lo abandonó. Saliendo del Edén fue a dar a las orillas del Mar Rojo (hogar de muchos demonios). Allí se entregó a la lujuria con éstos, dando a luz a los lilim, que eran seres cubiertos de pelos. Cuando tres ángeles de Dios fueron a buscarla, ella se negó aduciendo que era una pecadora. Por lo cual le fueron muertos cien hijos al día. Desde entonces las tradiciones judías medievales dicen que ella mata a todo niño menor de ocho días (incircunciso aún). También se dice que Lilit, una vez fue encontrada por el desterrado Arcángel Samael posteriormente denominado Satanás, bajo a los infiernos y allí fueron pareja.
El novelista italiano de origen judío Primo Levi pone en boca de uno de sus personajes esta visión de Lilit:
A ella le gusta mucho el semen del hombre, y anda siempre al acecho de a ver dónde ha podido caer (generalmente en las sábanas). Todo el semen que no acaba en el único lugar consentido, es decir, dentro de la matriz de la esposa, es suyo: todo el semen que ha desperdiciado el hombre a lo largo de su vida, ya sea en sueños, o por vicio o adulterio . Te harás una idea de lo mucho que recibe: por eso está siempre preñada y no hace más que parir.
Primo Levi, Lilít y otros relatos, Barcelona. Edicions 62, 1989, p. 24.

Otras leyendas

Otras leyendas apuntan a que Yahvé creó a Adán y Lilit como un andrógino unidos por la espalda. Más tarde los separó y ocurrieron los hechos explicados anteriormente. Se le ha encontrado cierta semejanza a Lilith con las Xanas (Janas: Dianas) astures y las lamias del folklore vasco, aquellos seres similares a las hadas, a las ninfas y a criaturas de la Naturaleza semejantes, servidoras y a veces representantes de la propia Diosa Mari (la Gran Madre y también la Madre Tierra), que castigan y premian a los humanos (uno de sus regalos favoritos es la posibilidad de transmutar el carbón o paja de sus favorecidos en oro); que habitan en montañas, cavernas, cuevas y oquedades diversas, así como en manantiales y fuentes; y que a menudo aparecen hilando o alisando su largo cabello con unos peines de oro que semejan la media luna, o recorren los cielos, aureolada su cabeza con el blanco resplandor de la luna llena, o bien cruzan el firmamento portando una hoz de oro mientras arrastran consigo las tempestades y se envuelven en unas lenguas de fuego que desdibujan y afilan sus miembros inferiores. Además, se ha equiparado a Lilith con seres semejantes a las ondinas o a las nereidas, imaginándosela entonces con la parte inferior de su cuerpo correspondiendo a un animal acuático, tanto un pez como una serpiente marina. Se la ha asociado, aun, con serpentinas figuras infernales de torso humano similares a la Equidna griega o a otras habitantes del mundo inferior (la mansión de los muertos, el inframundo y también el inconsciente) como Hécate, por ejemplo, provocadoras de pesadillas, portadoras de terrores nocturnos, generadoras de espanto y relacionadas con los vínculos que se ansían pero que aprisionan, con la fuente del deseo, con la fuerza de las pulsiones, con la intensidad de los motivos humanos íntimos que instan a su satisfacción y que pueden llegar a ser destructivos. (Resaltemos aquí el hecho de que, entre su mucha descendencia monstruosa, como el Can Cerbero, guardián del Hades, Equidna fue la madre del buitre que ha de devorar por toda la eternidad las entrañas de Prometeo encadenado al Cáucaso). Hay que señalar que Lilith en algunos aspectos está vinculada con todas las Diosas Madres que conllevan un matiz de oscuridad, que reinan sobre los elementos (riquezas incluidas) del mundo subterráneo y que se relacionan con el aspecto vida y muerte de las cosas. Son cuna y sepulcro, principio y fin. Por último, no olvidemos que Lilith es representada popularmente como una seductora mujer, sin más vestido que su propia piel, provista de abundante pelo rizado (rojo por más señas) que se extiende como un manto a su alrededor; y que tiene por costumbre sentarse sobre la concavidad de la media luna. Se trata de la luna oscura, que aparece visible al tercer día de la luna nueva en el horizonte oeste, mostrando una breve franja de luz arqueada, permitiéndonos contemplar las sombras que envuelven al resto de la esfera.

Influencia cultural

Lilith es usada en la serie japonesa Neon Genesis Evangelion donde ella es el comienzo de la vida tras llevarse a cabo la voluntad de Dios. Los humanos por naturaleza se rehusan a seguir su destino de muerte así que capturan a Lilith. La figura y leyenda de Lilit y sobre todo su rebelión hacia Adán ha llevado a algunas feministas (feminismo radical, feminismo anarquista, etc.) a ubicarla como un símbolo de la liberación sexual y de la lucha contra el patriarcado, así como de la mujer orgullosa y altiva. En un aspecto que se aproxima a lo mitológico, es por algunos considera la primera vampiresa y por eso admirada por la subcultura goth y el vampirismo, exaltando características similares a aquellas que valoran las feministas. El cantante canario Pedro Guerra le decicó una canción llamada Lilith. El escritor C.S. Lewis en sus novelas Las Crónicas de Narnia menciona que la malvada reina Jadis del reino de Charn desciende de Adán y Lilit. Como se puede ver en el libro El león, la bruja y el armario, en su capítulo 8:
—A ella le gustaría que lo creyeramos —respondió él—, y en eso basa su pretensión de ser reina. Pero no es hija de Eva. Desciende de la primera esposa de vuestro padre Adán —aquí el señor castor realizó una inclinación de cabeza—, aquella a la que llamaban Lilith, y que pertenecía a la raza de los genios. De ahí es de donde proviene ella por una parte, y por la otra, de los gigantes. No, no, no existe ni una gota de sangre humana en la bruja.
— Por eso es mala de los pies a la cabeza, señor castor —corroboró su esposa.

Bibliografía

  • Graves, Robert y Raphael Patel, Los mitos hebreos [Hebrew Miths: The Book of Genesis, 1964]. Madrid: Alianza Editorial, 2000.
  • Theodor, Julius (1849-1923) y Chanoch (Hanokh) Albeck (1890-1972): Bereschit Rabba: mit kritischem Apparat und Kommentar [1912], dos volúmenes. Berlín: Pöppelmann, 1927.

Enlaces externos


http://www.zippyvideos.com/6321894967660886/newb/

nav.js